Capitulo tres: "La menor de los Black "
Todos los personajes son propiedad de J.K Rowling.
Una semana, hace una semana que no dejaba de pensar en las palabras de Tom Ryddle, y cada vez que lo hacia me inundaba el pánico, ese extraño sabía demasiado y en cualquier momento podía ir y contarle absolutamente todo a mis "dulces" padres.
-Bella, ¿Porque no fuiste a donde mi tía Walburga?-.
-¡Andromeda!, ¡Sal de mi habitación ahora!-.
-Pero es que yo quería saber que era lo que te pasaba porque.....
-No me pasa nada, ¡Sal ahora!-.
-¡No!, no me voy hasta que me digas que es lo que te pasa, tu no eres tan antisocial Bella-.
-¡Por Merlín! Eres tan desesperante Andromeda-.
-Me dirás o tendré que decirle a mamá que no estas enfermas-.
En ese momento tuve una idea, la mas pequeña de los Black es bastante desesperante pero me podría ayudar a hacer algo que me daba vuelta en la cabeza hace días.
-Dromi, Necesito que me acompañes al callejón Diagon-.
-¿Para escaparte de nuevo al mundo muggle?-.
¿¡QUEEE!? ¿Como es posible que esta pequeña de trece años sepa que me escape al mundo de los no mágicos?
-¿Pero tu?, ¿Como? no entiendo como...
-Te ví Bella, y por eso le dije a Cissy que te siguiera antes de que mamá se diera cuenta-.
-Y ¿Por que no me dijiste nada cuando llegamos a la casa?-.
-Porque, sabia que querrías volver y no le dirías nada a Cissy y por deducción yo seria tu única opción-.
-¿Que quieres a cambio de tu silencio?-.
-Quiero que me lleves a conocer a los muggles contigo-.
Después de burlar a mi madre a mi padre y a mi hermana Cissy, Andromeda y yo estábamos sentadas en las escaleras donde Max tocaba su violín, con la diferencia de que esta vez Max no estaba.
-Que extraños son estos muggles verdad bella, inventar todas esas cosas a las que ellos llaman electrodoméstico para intentar suplir su ausencia de magia-.
-A mi me parecen bastante fascinantes, a demás no pienso que sean tan diferentes a nosotros-.
-No claro que no son tan diferentes como yo pensaba, creo que mamá exageraba bastantes las cosas-.
-Mamá es una Slethyrin, por supuesto que exagerará todo lo que no acepte su cuadrada mente-.
En ese momento el grito de una niña pequeña nos sobresalto.
-¡Mamá. mira es el niño del violín!
-¡Nymphadora! nunca mas me sueltes la mano en medio de la calle.
Me gire y busque la voz de la niña, vi a Max al final de las escaleras sacando el violín del estuche, algo se agito en mi estomago, algo muy parecido a las mariposas.
-¡Bella! ¡Bella! ¿escuchaste el nombre de esa niña?-.
-¡Bellatrix! ¿me estas escuchando?-
-¿Que?-.
-¡Por Merlín! Bella te pregunte si escuchaste el nombre de esa niña-.
-Si lo escuche, ¿por que?-.
-Por que cuando tenga una hija definitivamente le pondré ese nombre-.
-¿Tienes trece años y ya planeas tener hijos?-.
-Por supuesto, me encanta pensar en mi futuro-.
No alcancé a articular palabra para responderle a Andromeda cuando una mano se poso en mi hombro, un escalofrió me recorrió la columna y los ojos de mi hermana se abrieron como platos.
-¿Bellatrix eres tu?-.
Me gire lentamente y ví el rostro sereno de Max que me observaba con unos expectantes ojos verdes y una sonrisa ladeada que hizo que las mariposas en mi estomago se volvieran lechuzas.
-Hola Max-.
-No pensé volver a verte-.
Yo pensé cada día en volver a verte, claro que jamas le diría eso.
-¿Quien es ella?-.
-Emms ella es mi ..... emms.....
¡Por Merlín! estoy tan nerviosa que ni siquiera puedo decir quien es Andromeda, por suerte ella tiene una gran personalidad.
-Soy Andromeda, la hermana menor de Bellatrix, mucho gusto-.
-Soy Max Coleman, y se que esto sonara algo extraño pero, Andromeda serias tan amable de ¿dejarme salir con tu hermana?
La sonrisa de satisfacción se extendió por la cara de la menor de los Black, y sus ojos tenían un brillo de plena confianza en si misma, mientras que yo me volví chocolate derretido en el suelo, y mis mejillas eran de un rojo furioso extremo.
-Te dejare que salgas con ella con una condición-.
-¿Cual sería esa condición?-.
-Que me presentes a un niño de mi edad que sea simpático y lindo igual que tu-.
-¡Andromeda Black! ¡Cállate en este instante!-.
Max se comenzó a reír muy fuerte y algo paso con mis piernas que de pronto se sintieron muy débiles y mi corazón comenzó a latir muy rápido en mi pecho, su risa era hermosa.
-Mi hermano tiene catorce, la próxima vez lo traeré para que lo conozcas-.
-No Max, claro que no, no tienes que hacer lo que te diga esta pequeña bruja-.
Coloque un gran énfasis en la palabra bruja para que Andromeda se acordara de que si esto salia mal las cosas se pondrían muy feas.
-Claro que lo haré Bella, ademas a si me aseguro de que te veré otra vez-.
Si, definitivamente había lechuzas en mi estomago.
-Decidido entonces, la próxima vez tu vienes con tu hermano y yo vengo con Bellatrix-.
-¡Andromeda basta!-.
-A mi me parece perfecto, Bellatrix debo decir que me agrada tu hermana, que tal si ¿nos vemos mañana a esta hora?-.
-Emms...
Andromeda me dio un codazo en las costillas y la respuesta salio inmediata de mis labios sin antes siquiera pensarla.
-Si-.
El nos dio una brillante sonrisa y bajo las escaleras para comenzar a tocar su violín.
-De nada querida hermana-.
-Tengo ganas de matarte y besarte, esto nunca me había pasado, jamas había tenido ganas de besarte.
Ella rió y me tomo del brazo, ambas caminamos con una sonrisa en el rostro todo el camino a casa, jamás me había dado el tiempo de conocer a la menor de los Black y para mi sorpresa me gusto saber que contaba con ella.
Pero claro, en aquel tiempo yo aun tenia sentimientos.
Así que la señorita Bellatrix y su pequeña hermana hicieron caso omiso de mi advertencia y siguieron en contacto con los muggles, eso es pequeña Bella, disfruta a tu humano sin magia mientras dure, porque mas bien temprano que tarde tu seras una de mis mas fieles sirvientes, seras una estupenda mortifaga y cumplirás la promesa que me hicieron tus padres. Pronto pequeña, muy pronto sabrás quien es Lord Voldemort.